Conociendo a Caspar David Friedrich (1774-1840)
Caspar David Friedrich, junto con Durero (S.XVI) son dos de los grandes referentes de la historia del arte alemán.
La obra de Friedrich tuvo que pasar, tanto en vida del autor como después de su fallecimiento, por momentos en los que fue cuestionada o incomprendida, hasta casi caer en el olvido. Sin embargo, esto cambiará a partir de los años setenta del siglo XX, coincidiendo con el segundo centenario de su nacimiento (1774) en que se comenzó a reconocer de nuevo ya de manera definitiva, la calidad del artista, así como sus aportaciones al romanticismo alemán, del que fue pionero y también su figura más representativa.
Seguidor de la corriente romántica de lo sublime, se sentía atraído por el paisaje de elevadas montañas, lugares solitarios o marinas a los que transmitía una fuerte carga de misticismo y simbolismo reforzada por sus convicciones cristianas, su cultura filosófica y un individualismo y subjetivismo que, aunque propio de los románticos, en este caso se ve acentuado por una vida no exenta de dificultades que acrecentaron su carácter depresivo y solitario.
En una primera aproximación, es interesante conocer el pensamiento del autor acerca del arte y de su propia obra.